Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Samuel 23, 8-20

8 Llamó Saúl a todo el pueblo a las armas para bajar a Queilá y cercar
a David y sus hombres.

9 Supo David que Saúl tramitaba su ruina, y dijo al sacerdote Abiatar:

«Acerca el efod.»

10 Dijo David: «Yahveh, Dios de Israel, tu siervo ha oído que Saúl
intenta venir a Queilá para destruir la ciudad por mi causa.

11 ¿Descenderá de verdad Saúl como tu siervo ha oído? Yahveh, Dios
de Israel, hazlo saber por favor a tu siervo.» Yahveh respondió: «Bajará.»

12 Preguntó David: «¿Me entregarán los vecinos de Queilá, a mí y a
mis hombres, en manos de Saúl?» Respondió Yahveh: «Te entregarán.»


13 Se levantó David con sus hombres, que eran unos trescientos;
salieron de Queilá, y anduvieron errando. Avisaron a Saúl que David
se
había escapado de Queilá y suspendió la expedición.

14 David se asentó en el desierto, en refugios, y se quedó en la
montaña del desierto de Zif; Saúl le buscaba sin cesar, pero Dios
no le
entregó en sus manos.

15 Se enteró David de que Saúl había salido a campaña para buscar su
muerte. Estaba entonces David en el desierto de Zif, en Jorsa.

16 Jonatán, hijo de Saúl, se levantó y fue donde David, en Jorsa, le dio
ánimos en Dios,

17 y le dijo: «No temas, porque la mano de Saúl, mi padre, no te
alcanzará; tú reinarás sobre Israel y yo seré tu segundo. Hasta mi
padre
Saúl lo tiene sabido.»

18 Hicieron ambos una alianza ante Yahveh; David se quedó en Jorsa,
y Jonatán se volvió a su casa.

19 Subieron algunos zifitas a Guibeá, donde Saúl, para decirle: «¿No
se esconde David entre nosotros, en los refugios de Jorsa, en la colina de
Jakilá, que está al sur de la estepa?

20 Tú deseas con toda tu alma, oh rey, descender. Desciende y es cosa
nuestra entregarlo en manos del rey.»